“Hacer conciencia” es el nuevo disfraz de la indiferencia y cuesta menos de $400.00

Ya casi 30 días de aislamiento social y me he dado cuenta que ha resaltado las características que hoy en día más nos destacan como humanos: la indiferencia y la vanidad.

El día de hoy quiero hablar de algo que me causó cierto coraje y al mismo tiempo me hizo pensar mucho en la manera actual en el que muchos humanos excusamos nuestras actitudes, pensando en que es parte de nuestra libertad, y la exagerada importancia que le damos a vernos bien y quedar bien ante los demás.  

Estaba entretenida en twitter cuando me topo con la noticia de que cierta famosa cuya fortuna es de más de 350 millones de dólares, estaba promocionando un “kit de supervivencia” con valor de 60 dólares (el más básico). Incluía una mascarilla, una batería portátil de un solo uso, y otras 2 o 3 fregaderas que no valían más de 5 dólares cada una. La invención no fue suya pero ya me imagino lo que habrá cobrado por este post (no wonder why hay tantos influencers wanna-be en estos días).

El post de esta famosa fue hecho casi un mes antes de que la crisis explotara, y la marca que hace estos kits existe desde hace ya un tiempo, pero sigo teniendo mis dudas sobre la moral de las grandes y pequeñas empresas también.

No criticaré el que los millonarios quieren ganar más dinero cada año a base de triplicar el precio de productos que fueron manufacturados en países de mano de obra barata, porque ese es otro tema, pero no me abstendré de decir que todos los productos enfocados en esta “tendencia” que vivimos en específico por el coronavirus es, por mucho, de las cosas más bajas que he visto en esta pandemia.

Estamos hablando del virus que ha paralizado economías, países, sistemas educativos, ha matado gente por los síntomas, ha dejado a miles sin trabajo y a otros miles sin comer. ¿Y vienes a decirme que es una oportunidad de negocio comprar papel de baño, mascarillas y gel antibacterial para luego venderlos en amazon al triple de lo que te costaron?

Eso no es ser emprendedor, eso es ser un aprovechado.

Porque no solo estás alimentando y propagando el pánico en la gente, sino que dejas sin material a quienes realmente lo necesitan.

Y encima, la gente que compra mascarillas a precios exagerados solo porque son de marcas populares, no lo hacen por sanidad, lo hacen por imagen.

Creo que me sorprendí aún más cuando, en Instagram me topé con una marca que está vendiendo camisetas con el significado de la palabra “hogar” (haciendo uso del conocido “quédate en casa”), y otra, vendiendo mascarillas reutilizables y personalizadas.

Desde el punto de vista ecológico, que algo sea reutilizable no significa que sea beneficioso para el ambiente, ojo con eso. Ayuda más no comprar cosas que comprar por comprar excusándose que está bien porque tiene el simbolito del triangulito que nos enseñaron en la primaria de “las 3 r” y está de color verde.

Se me hace increíblemente fuera de lugar aprovechar la tendencia y la situación para seguir vendiendo ropa en vez de realmente concientizar, porque si ese fuera el objetivo, no estarían lucrando con prendas y creando nuevos diseños basados en esto. Y la gente que las compra, en su intento de sentirse parte de “la gente que hace conciencia”, solo queda peor.

Adquirir esos productos no sirve de nada. Literalmente, de nada. Estás dando tu dinero a personas que serán de las menos afectadas en la crisis (es obvio que sus ingresos bajarán, pero no se van a quedar sin comer) a cambio de un producto basado en una situación que está cobrando miles de vidas.

Y si crees que esta tendencia no está tan mal, ¿qué pensarías de una marca que hiciera camisetas sobre combatir el cáncer y todas las ganancias fueran solo para uso personal y no para realmente combatir el cáncer?

Entiendo que, en el caso de las mascarillas, tal vez hay una mejor intención. “Mi mamá sale a hacer el mandado y esa mascarilla le puede servir mucho a ella”. Vale, me parece bien, pero entonces, ¿por qué en la publicidad solo hay jóvenes que se ven estéticos y con ropa de marca?

Adolescentes y jóvenes que no tienen porqué comprar mascarillas porque no tienen porqué salir (en su mayoría). Incluyéndome. No intenten atacarme hablando sobre los jóvenes que tienen que salir a trabajar para apoyar a su familia, es claro que no hablo de ellos, a ellos sí les tengo respeto.

Es necesario preguntarnos si lo que hacemos en estos tiempos de crisis, lo hacemos para generar un bien común y no solo un ingreso. Si tu intención como emprendedor es ayudar, tu trabajo debe contribuir al cambio, en vez de hacer un producto basado en una tendencia y que será adquirido para verse bien.

No creo que esté bien caer en “cada quien hace dinero como quiere y lo gasta como quiere” porque eso es ser indiferente y la indiferencia es el mal que nutre la idea de que, “mientras no le de covid-19 a mi familia, todo bien”, y juega totalmente en contra de su “intención de hacer conciencia sobre lo que pasa”.

Y creo que puedo resumirlo bien así. Si tu intención es hacer conciencia, no puedes realizar acciones que reflejan tu indiferencia.

No lo sé, después de un poco de investigación, quiero creer que no todo está mal en el mundo. Que hay muchos que donan a hospitales, a familias necesitadas, a programas para aminorar los estragos de todo esto que está pasando. Que, a fin de cuentas, igual y estas mascarillas personalizadas no están tan mal. Pero no lo sé Rick, parece falso.

¿Qué nos queda a nosotros entonces? Informarnos (y vaya que lo hice antes de escribir todo esto). Tenemos en la palma de nuestra mano acceso a toda la información que queramos, a diferentes puntos de vista, a diferentes fuentes e investigaciones. Y tal vez así, entenderemos que comprar una camisa para “hacer conciencia” ayuda 367 veces menos (con descuento) que comprar una despensa para una familia que se acaba de quedar sin ingresos.