Algún día de otoño, 2022 Chiquilla, Voy a empezar a escribirte cartas sin remitente y con un cliché como postal para nunca entregártelas. Decirte todo lo que siento en este punto solo es redundante y también aterrador. Siento miedo de enfadarte con mis repeticiones, o que las mismas me hagan ver que, nuevamente, todo este cariño está solo en mi cabeza. Aún así, le debo a mi persona éstas líneas, y esta honestidad, a este sentimiento. Cada que te pienso, me huele a amanecer, a tranquilidad. Pero si lo expreso, es como abrir los ojos a un cuarto en silencio, a una pared de ladrillos, a mi cama vacía y a la rutina de esperar a que me recuerdes. Tanto te he escrito y siempre llego a la misma conclusión: si te tengo hoy, no necesito pensar en mañana. Sin embargo, mañana siempre llega, y si no estás allí, no estoy muy segura de si debo seguir esperando. ¿Qué espero, chiquilla? ¿O será que pasaré to...
Cuento historias y hago videos.