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Cartas al olvido: Algún día de Otoño del 2022

Algún día de otoño, 2022 Chiquilla,      Voy a empezar a escribirte cartas sin remitente y con un cliché como postal para nunca entregártelas. Decirte todo lo que siento en este punto solo es redundante y también aterrador. Siento miedo de enfadarte con mis repeticiones, o que las mismas me hagan ver que, nuevamente, todo este cariño está solo en mi cabeza. Aún así, le debo a mi persona éstas líneas, y esta honestidad, a este sentimiento.     Cada que te pienso, me huele a amanecer, a tranquilidad. Pero si lo expreso, es como abrir los ojos a un cuarto en silencio, a una pared de ladrillos, a mi cama vacía y a la rutina de esperar a que me recuerdes.     Tanto te he escrito y siempre llego a la misma conclusión: si te tengo hoy, no necesito pensar en mañana.     Sin embargo, mañana siempre llega, y si no estás allí, no estoy muy segura de si debo seguir esperando.     ¿Qué espero, chiquilla? ¿O será que pasaré toda la vida buscando, fallando, y volviendo a empezar?     Antes de ti, hub
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Letters to oblivion: Some autumn day, 2022

  Some autumn day, 2022      Chiquilla,      I'm going to start writing you letters with no sender and a cliché as a postcard to never deliver them to you. Telling you everything I feel at this point is just redundant and also frightening. I feel scared of annoying you with my repetitions, or that the same ones will make me see that, again, all this affection is only in my head. Still, I owe these lines to myself, and this honesty, to this feeling.      Every time I think of you, it smells like dawn, like tranquility. But if I express it, it's like opening my eyes to a silent room, to a brick wall, to my empty bed and the routine of waiting for you to remember me.     So much I have written to you and I always come to the same conclusion: if I have you today, I don't need to think about tomorrow.     However, tomorrow always comes, and if you're not there, I'm not quite sure if I should keep waiting.      What am I waiting for, chiquilla? Or will I spend my whole li

The morning of October 30th

        I was somewhere between asleep and awake when I felt you.      It was a tiring and long week. I'm not surprised I slept so long and uninterrupted. Nor am I surprised to still be thinking about you.      Yesterday I hugged our photos for the last time before putting them away in a dark and hidden, but not forgotten, corner. I remembered when you hugged the box you had filled with my letters, and when we convinced each other that one felt what the other one felt.      Today, I felt you.      It was wonderful and sadly nostalgic. I was lying on my back with my head slightly tilted to the right. I was somewhere between asleep and awake when I felt you cuddle on top of me. It was already dawn, the light between my curtains sang to me, and I felt the pressure of your cotton face against mine. My cheeks squeezed against yours, and I instinctively lifted my arms to unite you with my warmth.      I knew it. I felt it. It was you.      But I stopped with my arms raised. I also knew y

La mañana del 30 de octubre

           Estaba entre dormida y despierta cuando te sentí.     Fue una semana cansada y larga. No me sorprende haber dormido tanto y sin interrupciones. Tampoco me sorprende seguir pensando en ti.      Ayer abracé nuestras fotos por última vez antes de guardarlas en un rincón oscuro y escondido, mas no olvidado. Me acordé de cuando abrazaste la caja que tenías llena de mis cartas, y de cuando nos convencimos de que una sentía lo que la otra.     Hoy, te sentí.     Fue maravilloso y tristemente nostálgico. Yo estaba acostada boca arriba con mi cabeza ligeramente inclinada a la derecha. Estaba entre dormida y despierta cuando te sentí acurrucarte encima de mi. Ya había amanecido, la luz entre mis cortinas me cantaba, y sentí la presión de tu cara hecha de algodón contra la mía. Mis mejillas se apachurraron con las tuyas, e instintivamente alcé los brazos para unirte a mi calor.     Lo sabía. Lo sentía. Eras tú.     Pero me detuve con los brazos alzados. También sabía que no estabas aqu

Lo he perdido

      He perdido la habilidad para escribir.     He pasado 3 años escribiendo en mi diario todos los días de mi vida, como un ejercicio para fortalecer mi desarrollo de palabras e ideas, y al mismo tiempo, para crear un álbum de memorias donde pueda escoger una fecha aleatoria, e ir al pasado entre páginas para descubrir qué estaba sintiendo.      Sin embargo, he dejado de hacerlo. Me consumía tanto tiempo de mi día que ya no podía concentrarme en otros proyectos, en otros escritos, todo porque me retrasaba en mi pequeña diaria autobiografía.     Me enfoqué en mi poemario, en mis trabajos, en mi hogar. Y ahora, que he abierto blogspot para escribir sobre el libro que acabo de terminar de leer, no me he logrado nada. Ni si quiera me ha salido una conclusión al tema que inicié.     Lo perdí. He perdido la habilidad de sentir con palabras. Y es muy raro porque, cuando mi hobbie favorito era la fotografía, cada que salía a la calle solo veía fotos, y cuando mi hobbie por la escritura se co

Mis sueños no me dejan dormir

Los días pasan por encima de mi y se siente como si los pudiera ver sentada desde el mismo marzo 16. Aún así las cosas han cambiado. Me corté el cabello, adopté un perro, y como si fuera en cuestión de un parpadeo, te fuiste a miles de kilómetros de mi, llevándote contigo un pedazo de mi felicidad. Lo bueno que ésta, está dividida en pequeños pedazos irregulares que me hacen sonreír (como saber que tarde o temprano volverás a mi), pero a veces desearía que fueran todo lo contrario. A veces desearía que mi felicidad fueran galones iguales fácilmente rellenables con la risa de mi mamá, las pláticas con mi hermano, y los paseos mañaneros con mi perro. Sin embargo, tengo el anhelo de ver a mi papá de nuevo, de viajar a la isla más lejana de casa y tomar una foto que nunca imaginé, de leer historias con la admiración de palabras que tienen la magia de viajar en el tiempo, de eventualmente poder hacer lo mismo, de regresarle al menos la mitad a mis padres de todo lo que me han dado