Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2020

Las piñas tardan mucho en crecer

Hay unas piñas en el jardín de mi casa. Mi mamá las plantó hace como dos meses, o tal vez 3, ya no lo sé. Pero recuerdo que le ayudé a arrancar las hojas puntiagudas que después puso en dos macetas con mucha tierra. “Las piñas tardan mucho en crecer… tu tía plantó una hace más de un año, y apenas maduró. Es pequeña, pero me dijo que salió muy rica”. Yo nunca he sido mucho de jardinería, y tampoco soy la más paciente, pero toda esa escena me causó cierta ternura. Sobretodo, cuando mi mamá con una sonrisa en el rostro agregó “estas piñitas entonces, estarán listas hasta que tú regreses de Canadá”. En Febrero del año pasado tuve la oportunidad de aplicar para un intercambio de un año en Alemania, pero decliné porque me estaba preparando para el proceso de preselección del equipo nacional de tocho . Mis papás no lo vieron muy conveniente, sintieron que estaba poniendo mis sueños de juventud por encima de mi futuro. Pero no se opusieron, lo aceptaron, y al final, me

Mi primer amor fue todo menos eso

Las noticias me tienen abrumada y el miedo acorralada. Así que hoy les voy a hablar de mi primer amor. Yo pensé que esa mítica figura del chico guapo, popular, alto, caballeroso y de gran físico que enamoraba a las chicas con solo pasar solo existía en las series de televisión y en películas para adolescentes. Pero cuando entré al bachillerato, se me apareció en frente, y yo cual Juan Diego, lo veía cual Virgen María. Bueno, primero lo vi de lejos, y sí se veía medio de película. La mayoría de mis amigas concordaban con que era muy guapo. Yo dije que creía lo mismo, aunque nomás lo haya visto pasar por el otro extremo del campus. Luego lo vi de cerca, y mi opinión cambió. Se volvió más un “alto, bronceado y guapo”, pero de aquél capítulo de Bob Esponja. No lo digo de una manera menospreciante, todos seguimos amorfos cuando recién entramos al bachillerato, seguimos en pleno desarrollo, en plena adolescencia, y si él era medio feo, ya se imaginarán cómo estaba yo: con len

"Creen que su opinión es importante sólo porque pueden decirla”

“Ese es el problema de tu generación, creen que su opinión es importante sólo porque pueden decirla”. Y a la Ilse de 17 años, le cayó como piedra en la cabeza. "¿A qué te refieres con que mi opinión no importa? Si tengo derecho a decirla, que igual y no está basada en nada real, que es solo algo que pensé y dije, porque lo vi en el titular de un post de Facebook, estamos en el siglo XX, ¿cómo que mi opinión no importa?" Esa frase la escuché en una serie de televisión que veía antes, y me dejó en tanta duda sobre mi misma, sobre los que me rodean, y sobre mi generación, que hoy, años después, me ha traído aquí. Hoy quiero hablar del miedo. Siempre he sido muy extrovertida y fuerte al defender mi postura, sobre todo cuando alguien más me llevaba la contra y no tenía argumentos suficientes, o cuando lo percibía como alguien inferior a mi. Supongo que la adrenalina del debate causaba algo en mis adentros (su tía la loca). Lo confieso. He llegado a odiar a la

“Hacer conciencia” es el nuevo disfraz de la indiferencia y cuesta menos de $400.00

Ya casi 30 días de aislamiento social y me he dado cuenta que ha resaltado las características que hoy en día más nos destacan como humanos: la indiferencia y la vanidad. El día de hoy quiero hablar de algo que me causó cierto coraje y al mismo tiempo me hizo pensar mucho en la manera actual en el que muchos humanos excusamos nuestras actitudes, pensando en que es parte de nuestra libertad, y la exagerada importancia que le damos a vernos bien y quedar bien ante los demás.   Estaba entretenida en twitter cuando me topo con la noticia de que cierta famosa cuya fortuna es de más de 350 millones de dólares, estaba promocionando un “kit de supervivencia” con valor de 60 dólares (el más básico). Incluía una mascarilla, una batería portátil de un solo uso, y otras 2 o 3 fregaderas que no valían más de 5 dólares cada una. La invención no fue suya pero ya me imagino lo que habrá cobrado por este post ( no wonder why hay tantos influencers wanna-be en estos días). El post de

El día que desperté en el paraíso

He perdido la cuenta de los días que he despertado siguiendo la misma rutina debido a la cuarentena e, inevitablemente, me he puesto a recordar tantas cosas cuando había libertad de movimiento, sobre todo, en la vez que desperté en el paraíso. Planear un viaje a la playa suena cada día más lejano. Pero lo que siempre ha estado fuera de mi alcance y de mi familia es una playa costosa. Suena tan sin sentido, pero no es lo mismo asolearte en Tecomán a hacerlo en Hawaii. Y esto pensé hace casi un año, en el verano del 2019, cuando estaba de vacaciones con mi familia. Recuerdo abrir los ojos y ver por la ventana una palmera y un cielo azul claro. Tomé un respiro hondo y al liberar el aire comencé a sentir dolor en todo el cuerpo. Mi piel estaba irritada del sol de el día anterior y los músculos adoloridos de estar en el mar. Me hubiera gustado decir que estaba despertando en el paraíso pero no estaba en otro continente, ni en otro país, mucho menos en otro estado. No esta